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La justicia absuelve a Odiel y avala llamar ‘Nazi’ a Democracia Nacional

    La libertad de expresión y el estado de Derecho han triunfado una vez más sobre el intento de amordazar a la prensa de los grupúsculos de extrema derecha. ODIEL Información y su director, Luis Eduardo Siles, han sido absueltos en el juicio contra Democracia Nacional y la juez avala llamar Nazi a esta formación política.
Este diario tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados por un presunto delito contra el honor de este grupo político que aseguró ante el tribunal que su ideología no se basaba en el Nacionalsocialismo pese a las evidencias y pruebas de relevancia que apuntaban a ello.

La base de la denuncia correspondía a una serie de artículos y a un editorial publicados por este periódico en el que se alertaba de la celebración de una fiesta de la ultraderecha onubense a un mes para las elecciones municipales de 2007 y que anunciaban las juventudes de Democracia Nacional a través de internet.
El juzgado de primera instancia número 33 de Madrid no sólo ha rechazado la denuncia de la ultraderecha contra este rotativo sino que condena expresamente a este grupo a pagar las costas del juicio.

Según la juez "de la totalidad de la prueba practicada se deriva que no ha quedado acreditado que se haya infringido el derecho al honor" ya que "en la documentación presentada se derivan indicios suficientes para avalar la información publicada". Del mismo modo, en cuanto al editorial escrito por el director del rotativo, Luis Eduardo Siles, la juez asegura que la información está "contrastada y verificada". La jueza va aún más allá y asegura que "conforme a las pruebas practicadas y las manifestaciones de los propios miembros del partido son ellos los que dan la visión al resto de la sociedad de ser un partido de ideología Nazi" por lo que en ningún momento los miembros de este partido pueden sentirse heridos en su honor, más si cabe si, como se demostró en el juicio, algunos de sus líderes utilizan simbología nazi o algunos de sus miembros participan en festejos en los que se gritan eslóganes de esta doctrina xenófoba y de extrema derecha.

Redacción: Odiel


El diputado del PSOE por Huelva y secretario primero del Congreso de los Diputados, Javier Barrero, manifestó ayer que Democracia Nacional (DN), partido que se enfrenta mañana con Odiel en los tribunales en Madrid, "no es un partido democrático", por "lo insólito de querer amordazar a un medio que defiende la libertad".
El socialista consideró que es "absolutamente escandaloso" que DN quiera utilizar el sistema judical cuando este partido ha manifestado tener "una actitud antidemocrática" al denunciar a este diario por informar verazmente sobre unos hechos ocurridos tal y como contó Odiel Información.

Barrero aseguró que la denuncia por sí sola "ya da la razón a aquel contra el que se querella", dada la naturaleza del hecho denunciado.
El diputado expuso, en defensa de este periódico, que el hecho de que DN acuda a los tribunales para desdecir lo que publicó Odiel en marzo sobre una fiesta que las juventudes de este partido de extrema derecha llevaron a cabo en Punta Umbría es "una forma cínica de usar el derecho democrático de la libertad de expresión" por parte de este partido.

DN apela, en su defensa, a la libertad de opinión, basada en un discurso xenófobo y racista, como su eslogan ‘ante un puesto de trabajo, los españoles lo primero’ y a su apelación al ‘derecho a la prioridad nacional’, argumentos que usa este partido de extrema derecha en contra de lo que indica la Constitución Española. En este sentido, el diputado socialista defiende que "la libertad de expresión tiene unos límites y que éstos son los que se indican en la Carta Magna de 1978", de ahí que Barrero concluya que "DN no es un partido democrático".

Redacción: Odiel

EL JUICIO Y LOS NEONAZIS.

El abogado de ‘Odiel’, Francisco Gómez Barroso, había trabajado el juicio hasta quedar exhausto. Lo comprobé en el Café Gijón, de Madrid, donde lo preparamos: Había medido todo hasta el último detalle. La sentencia de la magistrada María Teresa de la Asunción Rodríguez recoge uno a uno los postulados del letrado. Un éxito de Francisco Gómez Barroso, mi abogado.

Me dio en el Café Gijón un folio con unos conceptos que yo debía tener claros en la vista oral. Pero me sentía inseguro. De mí mismo. El abogado de la acusación era tremendo ¿Con qué lógica podía hacer yo frente a sus preguntas? Recordé a aquel tipo que se volvió loco por intentar demostrar lo evidente ¿Cuál era la solución? La hallé de repente: La solución era Ramón Gómez de la Serna.

El pulso oral con un defensor de neonazis sólo se puede ganar con greguerías. Me hospedé en el hotel Chamartín. Y me reencontré con la Plaza de Castilla, que es redonda, y con el enorme contenedor de agua del Canal de Isabel II, que es redondo. Buenas señales. Ramón tenía un pensamiento circular. Toda su literatura posee forma de círculo. Y se rodeó siempre de redondeces: Fue un aficionado sublime al circo, del que escribió una novela inolvidable. Y de los toros. Y siempre habitó en torretas redondas. O su propio barrigón

Las greguerías son ocurrencias circulares.

La noche previa al juicio releí durante tres o cuatro horas a Ramón. "El pájaro nos clava el clavo de su pío-pío". "Cuando en la música entran campanas de cristal comienza la licorería de la música". "Habría que condecorar el buen violín poniéndole una cruz en el pecho".

Cuando me senté en el banquillo de los acusados imaginé que ocupaba la butaca de un circo –con todo el respeto hacia el auténtico lugar–. Miré al abogado de la tal Democracia Nacional. Estaba sonriente. "Se reía con esa sonrisa a la que se da cuerda por el ombligo". Y percibí que yo ya era invencible. Ramón estaba en mi cabeza. Acepté en el interrogatorio inmediatamente que yo era el autor del editorial que se juzgaba. El abogado de la acusación esperaba que lo negara, que me escondiera. La magistrada le recriminó que reiterara tanto si yo era el autor o no. "Señor letrado, ya ha dicho varias veces que lo hizo de su puño y letra". Y cuando ese abogado me preguntó el motivo que me hacía afirmar que los grupos ‘Tercios’ y ‘Retaguardia’ interpretaban canciones de contenido violento o xenófobo, si yo no los había escuchado nunca, le respondí que porque mucho no me sonaban a música de Mari Trini.

Al final del interrogatorio tuve la sensación de que aquel hombre había quedado profundamente mareado, como si hubiera dado vueltas y vueltas en una noria, en un círculo. "El cascarrabias tiene la boca de cascanueces". A Democracia Nacional ya se les puede llamar neonazis.

Y a la salida de los juzgados, algo emocionado, le dije a mi amigo Juan F. Caballero que en aquel punto de la calle Bravo Murillo cogía yo los autobuses camino de la Ciudad Universitaria, cuando nos perseguían y luchábamos contra los Guerrilleros de Cristo Rey, contra la derecha/derecha, contra el fascismo aún con mucho músculo, y que yo aprovechaba los trayectos en autobús para leer libros como ‘Ramón y las vanguardias’, de Umbral, donde se dice: "Ramón, que parece tan confortablemente instalado en el existir, con su humanidad de gordo, es en realidad un defensor de todos los mundos marginales". En esa parada leía ‘El País’ mientras esperaba el autobús, con el melenón de "rojo cabrón" que durante este tiempo me han dicho anónimamente por teléfono, y tuve la sensación, junto a Juan F., Jesús España y Francisco Gómez Barroso, de que un pequeño periódico, ‘Odiel’, había contribuido decisivamente a que los homosexuales, los inmigrantes y los marginales sean más libres y vivan ahora más seguros, porque "el día que se casa un pensamiento con una violeta está consumada la felicidad del jardín".

Luis Eduardo Siles. Director de Odiel

Gómez: «La sentencia podría servir para ilegalizar el partido en el futuro»

Francisco Gómez ha sido el encargado de elaborar un preciso argumentario que ha dejado sin palabras a DN. Este abogado onubense ha defendido con la ley el derecho de expresión y la libertad de prensa y ha conseguido una victoria que incluso puede llegar a sentar precedentes muy positivos.
- Enhorabuena por la resolución del caso.
- Los pleitos están desde el principio ganados o perdidos. No hay que darme la enhorabuena porque el pleito lo ganó Luis Eduardo Siles cuando estaba escribiendo el artículo. Él estaba haciendo ejercicio de un derecho...

... a manifestar con libertad su opinión y así lo hizo y el tribunal le dio la razón desde el primer día, y el fiscal lo entendió así también y quiso hacer justicia. La labor de Luis Eduardo fue en todo momento la que debe hacer un periodista, formar opinión.
-La sentencia es muy tajante... ¿Tan débiles eran los argumentos de Democracia Nacional?
- Es que no tenía argumentos, yo creo que Democracia Nacional ha tratado de utilizar el juicio para buscar notoriedad en un momento en el que le hacía falta, querían estar en los medios de comunicación y esto es una forma de hacerlo. La reclamación en sí carece de fundamento, sobre todo si observamos el tipo de cartelería y simbología que utiliza este partido, sólo trataba de saltar a la palestra.

- ¿Esta sentencia puede sentar algún tipo de precedente o ya está todo dicho en cuanto a la libertad de expresión?
- Puede sentar un precendente pero hay que ser cuidadoso porque no se puede sacar de contexto. Esta sentencia viene a dejar claro lo que se les puede llamar en un determinado contexto, pero no los puedo llamar neonazis cada vez que se me antoje. Pero en determinadas circunstancias no supone una lesión en su honor y menos si invita a grupos musicales de dicha ideología. El ministerio fiscal lo dijo muy claramente durante la vista, uno no puede ir contra sus propios actos y Democracia Nacional se ha autocalificado.

- En su opinión personal, ¿Es Democracia Nacional un partido ‘Nazi’?
- Está muy cerca de serlo. No puede evitar que se le relacione directamente con el ideario del nacionalsocialismo. Por más que quieran defenderse no lo pueden evitar.