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Primer guardia urbano de Barcelona imputado por dar una patada a un mantero

    

El vendedor denuncia que el agente, que iba de paisano, le propinó “una fuerte patada sin mediar previo aviso” en la Rambla de Canaletes


El caso es una de las 14 denuncias que gestiona el Servicio de Atención y Denuncia ante situaciones de Violencia Institucional (SAIDAVI)


La venta ambulante acumuló la mitad de la sanciones impuestas en base a la ordenanza del civismo el año pasado. 21.03.2017


ORIOL SOLÉ ALTIMIRA. ELDIARIO.ES.- Un agente de la Guàrdia Urbana de Barcelona está imputado (investigado, según la nueva denominación) por un presunto delito de lesiones por dar una patada a un mantero. Se trata del primer policía de la capital catalana investigado por un juzgado bajo el gobierno de Barcelona en Comú y el PSC en relación al conflicto que mantienen la Guàrdia Urbana y los manteros.


El del vendedor N.D. es uno de los 14 casos gestionados por el Servicio de Atención y Denuncia ante situaciones de Violencia Institucional (SAIDAVI), el mecanismo gratuito de asistencia jurídica y psicosocial impulsado por el  centro Iridia de defensa de derechos humanos. El centro presentará este miércoles un informe en el que, además de recoger todos los casos de posibles vulneraciones de derechos por parte de las administraciones, expondrá recomendaciones para que no se produzcan.


Los hechos ocurrieron en la Rambla de Canaletes el 21 de julio del año pasado. Según la denuncia del mantero a la que ha tenido acceso este diario, el agente investigado, que iba de paisano, le propinó “una fuerte patada sin mediar previo aviso”. El vendedor tuvo que ser ingresado al Hospital de Sant Pau, donde le operaron el tobillo.


El agente declaró como imputado hace unas semanas en el juzgado de instrucción 21 de Barcelona. Según su versión, no dio ninguna patada al mantero, de quien dijo que venía corriendo perseguido por otros policías, sino que lo paró con el brazo. El agente investigado añadió que tras barrarle el paso con el brazo el vendedor cayó al suelo.


Por contra, un testigo de los hechos, que también declaró en sede judicial, aseguró que dos agentes de paisano tiraron al suelo al vendedor sin que éste opusiera resistencia, en línea con lo declarado por el vendedor. El instructor decidirá en las próximas semanas si lleva a juicio al agente o si archiva la causa.


A preguntas de este diario, fuentes oficiales de la Guàrdia Urbana de Barcelona han indicado que el policía, que tiene la categoría de agente raso, continúa trabajando en el cuerpo. Las mismas fuentes han explicado que este es el único caso de un agente investigado con un mantero como presunta víctima.


El caso llega tras la dura condena –5 años de prisión– a un vendedor por golpear con una rama a un agente, y a las puertas del buen tiempo, cuando los vendedores ambulantes vuelven a desplegar sus mantas en varios puntos de la ciudad para aprovechar la mayor afluencia turística. El pasado verano fue de especial tensión entre manteros y policía.


El abogado del vendedor, Andrés García Berrio, ha reclamado que la Guàrdia Urbana ponga en marcha una unidad de mediación específica para la venda ambulante. “Hay que encontrar un camino intermedio entre la no intervención y los antidisturbios”, asevera el letrado. Asimismo, el abogado ha lamentado la “saturación policial” a la que el consistorio somete a los vendedores y ha emplazado a los líderes del Ayuntamiento a “reflexionar” sobre por qué los manteros recibieron la mitad de las sanciones impuestas por la ordenanza del civismo el año pasado. “Habrá ‘top manta’ mientra siga habiendo gente excluida”, ha concluido.


Por otro lado, en el informe, el centro Iridia insta a la unidad de deontología y asuntos internos de la Guàrdia Urbana a “perfeccionar” los mecanismos que ha implantado en el último año para investigar las denuncias contra agentes del cuerpo, en especial en lo relativo a la búsqueda de pruebas. Y también reclama que los distintos cuerpos policiales que trabajan en Catalunya emitan una instrucción que prohíba los controles policiales basados en perfil étnico y estudios periódicos sobre “la existencia de racismo” entre sus agentes.