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Juzgan a tres menores por agredir y humillar a indigentes en cajeros

    Tres menores de edad se sentaron ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de Menores número uno de Córdoba por la supuesta comisión de tres delitos contra la integridad moral y tres faltas de maltrato por agredir y humillar a varios indigentes que se encontraban refugiados en cajeros automáticos para pasar la noche. Uno de los acusados se encuentra interno como medida cautelar en un centro de reforma en régimen semiabierto y los otros dos están en libertad vigilada. 

Los hechos, tal y como explica el Ministerio Público, ocurrieron el pasado marzo. El primer episodio tuvo lugar el 1 de ese mes, sobre las 02:00, cuando los tres menores, de 17 años, se aproximaron al cajero automático de la oficina bancaria de la entidad BBVA, situada en la avenida de la Viñuela, donde se encontraban dos indigentes pernoctando en su interior. Mientras dos de los acusados vigilaban desde la calle, el líder del grupo abrió súbitamente la puerta del cajero y agredió a uno de los indigentes, de 53 años, propinándole patadas, puñetazos e, incluso, le escupió sobre su cuerpo mientras dormía. Cuando el hombre se levantó para cerrar la puerta, el menor volvió a darle una nueva patada en el estómago y un golpe en el brazo. 

El indigente intentó una vez más cerrar la puerta, pero el acusado volvió a abrirla para arrojarle, entre risas, una naranja que uno de sus amigos acababa de darle, tras lo cual continuó agrediendo al hombre. Tras este episodio, uno de los menores que se encontraba vigilando en la puerta le tiró otra naranja a la víctima, que finalmente salió del cajero para intentar ahuyentarlos. Lejos de conseguir este objetivo, el agredido una vez que se encontraba en la calle fue de nuevo increpado por el menor que le propinó varios golpes con anterioridad, quien le dio una patada que le tiró al suelo. Al caer, fue de nuevo pateado por uno de los acusados, que además no paraba de lanzarle puñetazos en la cabeza y en la cara. El indigente logró "a duras penas" entrar al cajero, pero pasados dos minutos el líder del grupo volvió a acceder al recinto para escupir sobre el agredido y agredir con más patadas y golpes al hombre "para regocijo" de otro de los acusados. 

El tercer imputado, que hasta entonces se encontraba vigilando la zona, cogió una naranja del suelo para estrellarla contra el cuerpo del indigente, mientras el líder de la pandilla sostenía la puerta. El agredido se colocó aterrado en un rincón del cajero cuando los tres menores decidieron entrar juntos para maltratar al hombre propinándole patadas, puñetazos y otro naranjazo. La víctima terminó tirado en el suelo, una posición que aprovechó el líder del grupo para cogerle de una pierna y arrastrarle hasta la calle, aunque finalmente no consiguió su propósito. 

A las 02:09 los tres menores, según detalla el fiscal, dieron por terminadas su "despreciable diversión" y se fueron del lugar. Una dotación de agentes de la Policía Nacional atendió al hombre unos minutos más tarde, pero la víctima, debido a la situación de terror y angustia que había sufrido, no quiso ser asistido en ningún centro médico, a pesar de la severidad de la agresión que había sufrido. 

El segundo episodio tuvo lugar el 31 de marzo de 2013, sobre las 00:36. Los tres menores acudieron al mismo cajero automático en busca de un nuevo indigente al que someter a todo tipo de humillaciones. En esta ocasión encontraron dormido a un varón de 47 años, que pernoctaba en el lugar acompañado de una amiga. El primero en entrar fue una vez más el cabecilla del grupo, mientras los otros dos vigilaban en la puerta. El acusado sacó su teléfono móvil e informó a un amigo, a través de un chat, de lo que se disponía a hacer. Entonces cogió una papelera que había en un rincón y vació su contenido sobre el cuerpo del indigente, al que cayeron colillas, papeles, pelusas y demás basura. El menor salió entonces a la calle para reunirse con sus amigos y jactarse de la humillación a la que estaban sometiendo al hombre, que intentó cerrar la puerta. Los jóvenes, al percatarse de la intención del indigente, la abrieron y el líder le lanzó un escupitajo, al tiempo que le advirtió que no lo iban a dejar tranquilo. Así, los acusados impactaron sobre el cuerpo del hombre varias naranjas. A las 00:40 se alejaron momentáneamente de la zona, pero regresaron 20 minutos más tarde "con redoblados ánimos vejatorios". El cabecilla de la pandilla le arrojó al indigente con fuerza una naranja al cuerpo. La víctima se incorporó rápidamente y se aproximó a la puerta para cerrarla, lo que aprovechó el menor para golpearle con violencia. Tras pasar un minuto acechando, el acusado volvió a abrir una vez más la puerta para propinarle al indigente un puñetazo en el pabellón auricular derecho y una patada en el costado. El hombre, que se encontraba profundamente atemorizado, permaneció varios minutos de pie por su volvían los tres menores, lo que le provocó "un terror psicológico incuestionable". A las 01:16 se personó en el lugar una patrulla de la Policía Nacional para atender a la víctima, que tampoco quiso ser asistido en ningún centro médico y renunció a cualquier tipo de indemnización. 

En fechas posteriores, los tres menores encontraron de madrugada en un cajero automático de la entidad bancaria La Caixa, situado en la plaza de San Andrés, donde se encontraban cuatro indigentes. El líder le propinó una patada a cada uno de ellos y les arrojó un batido, tras lo cual salieron rápidamente del lugar. 

Los hechos, según concluye el fiscal, pueden ser constitutivos de tres delitos contra la integridad moral y tres faltas de maltrato. Así, solicita para dos de los acusados un año y seis meses de libertad vigilada y la realización de una actividad formativa/laboral y para el tercer acusado el internamiento en un centro de reforma en régimen semiabierto durante un año y seis meses, y los cuatro últimos meses en régimen de libertad vigilada.