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Provocación fascista en el barrio de Lavapies. Batalla campal entre policia y antifascistas.

    
Un mitin nazi en un barrio con el 34% de inmigrantes.El pasado 11 de noviembre fue asesinado Carlos Palomino, de 16 años,a manos de un ultraderechista.

La Junta Electoral de Zona autorizó a los partidos de ultraderecha Nación y Revolución y Combat España la celebración de un mitin en la plaza de Tirso de Molina, en Lavapiés. Este barrio de Centro tiene uno de los índices de inmigrantes más altos de toda la capital: 17.000 extranjeros (el 34% de la población).


"¿Cómo se puede autorizar ese mitin, justo en un barrio con tantos inmigrantes?", se preguntaba anoche un mando policial. "Era una auténtica provocación, y eso que había muchos agentes desplegados en la zona", añadía a renglón seguido.
La Delegación del Gobierno recordó de forma reiterada que la autorización del mitin no era de su competencia. De igual forma, no estaba permitida la concentración de la ultraizquierda. "Todo acto electoral debe ser autorizado en campaña por la Junta Electoral de Zona. El dispositivo policial [unos 200 agentes] ha funcionado bien y ha impedido que se juntaran los seguidores de los dos partidos con los antisistema y los de ultraizquierda", explicaron fuentes de la Delegación.

El pasado 11 de noviembre fue asesinado Carlos Javier Palomino, de 16 años, en la estación de metro de Legazpi a manos de un ultraderechista, militar de profesión. (El País.es)

Barrio mestizo.

El centro de Madrid más mestizo, el que abarca los distritos de Lavapiés y Latina, se convirtió ayer en el terreno de una batalla campal. Varios centenares de jóvenes antifascistas, que protestaban por la celebración de un acto electoral de un grupo de extrema derecha en una plaza que los primeros consideran suya, se enfrentaron a los antidisturbios de la policía, que cargaron contra los radicales y emplearon contra ellos pelotas de goma y gases lacrimógenos. Siete jóvenes fueron detenidos tras una cadena de altercados en los que fueron quemados varios contenedores de basura, se alzaron barricadas y hubo saltos y carreras por todo el barrio.

La manifestación de extrema derecha estaba convocada a las 20.30, y la policía ya había acordonado la plaza desde una hora antes, precisamente para intentar impedir el choque entre grupos de extrema derecha y los antifascistas. El acto electoral lo habían organizado dos grupos de ultraderecha, Nación y Revolución y Combat España, y contaba con autorización.

La protesta de los grupos antifascistas acabó convirtiéndose en ataques contra las oficinas bancarias y el mobiliario urbano. Los agentes de la policía fueron recibidos con lanzamientos de adoquines y botellas, así como con barricadas improvisadas con contenedores y otros objetos del mobiliario urbano de la zona.

La respuesta de la policía, que había destacado en la zona las dotaciones de 20 furgones de las Unidades de Intervención Policial (UIP, antidisturbios) fueron cargas, pelotas de goma, gases lacrimógenos y arrestos.

Los alborotadores, algunos con la cara tapada, huyeron a la carrera por las calles de Duque de Alba, Mesón de Paredes y de la Espada, en dirección al barrio de La Latina. En su avance incendiaron las fachadas de dos oficinas bancarias (una del de Deutsche Bank y otra del BSCH) y apedrearon otra del BBVA.

"Esto es una protesta contra la junta municipal, que ha permitido una manifestación fascista en un barrio de clase obrera y humilde", comentaba una joven, miembro de la agrupación de extrema izquierda Coordinadora Antifascista. Sin embargo, la autorización había partido de la Delegación del Gobierno en Madrid.

Un lugar simbólico para los antifascistas.(EL Mundo.es)

La convocatoria de la Asamblea de Madrid Antifascista se produjo después de conocer que sus rivales habían elegido la mítica plaza de Tirso de Molina para celebrar un acto electoral, cuando que "ha sido uno de los lugares más importantes de la lucha antifascista".

Los antifascistas consideran que es una "provocación" porque la plaza se encuentra a escasos metros del barrio de Lavapiés, donde hay un alto porcentaje de población inmigrante.

La Plaza de Tirso de Molina es, para los grupos antifascistas, un lugar simbólico, debido a que hace 20 años grupos nazis asaltaron los puestos de difusión de la plaza y, como respuesta, se produjeron una serie de manifestaciones antifascistas, convirtiendo Tirso de Molina en un lugar emblemático para estos grupos.

"No podemos ni vamos a permitir que grupos fascistas, nazis o xenófobos se manifiesten tranquilamente en el centro de nuestra ciudad, en nuestra Plaza de Tirso de Molina", concluye la plataforma.

Despliegue de seguridad.(Público.es)

El despliegue de seguridad de la Delegación de Gobierno, que incluyó más de veinte furgones de antidisturbios, no impidió que se produjeran incidentes entre ambos grupos.

Al grito de "lo, lo, lo, que viva España", los neonazis fueron respondidos por los antisistemas con "asesinos, nazis, fuera".

Entretanto, subió la tensión en este céntrico barrio de la capital y los manifestantes se dispersaron por las calles adyacentes.

Al tiempo que se producía la carga policial, un grupo de antifasistas quemó varios contenedores para improvisar una especie de barricada a fin de impedir ser golpeados por las pelotas de goma.