La
Ley de Responsabilidad Penal del Menor debe ser REFORMADA:
Desde
la aprobación de la Ley Penal del Menor, diversas
voces críticas se han escuchado sobre las consecuencias
que podrían derivarse de su aplicación. Con su entrada
en vigor hemos comprobado la gravedad y el realismo de aquellas
apreciaciones que señalaban que esta ley con las víctimas
era moralmente injusta, victimizaba al conjunto de la ciudadanía
y era muy benévola con los agresores.
Desde
los afectados y sus asociaciones ninguna voz ha cuestionado la
finalidad reeducadora y resocializadora, pero ponemos en duda
que el camino que impone la Ley, lo acabe consiguiendo.
De
momento y los hechos parecen confirmarlo, la alarma y la preocupación
es lo único que se extiende. No son solo crímenes
horrendos, también existen otras violencias, agresiones
sexuales, y delitos que aunque menos impactantes no están
exentos de capacidad de aterrorizar. Ante la barbarie de este
tipo de conductas, desarrolladas por pocos, pero capaces de generar
mucho dolor en la mayoría, el sentido común y la
razón ética están del lado de las víctimas,
de sus asociaciones de apoyo y de los ciudadanos que reclaman
JUSTICIA frente a cualquier ámbito de impunidad ante el
delito violento, frente a la inseguridad ciudadana que se traslada
y frente a la vulneración de derechos de la víctima
que refleja esta Ley.
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