APROXIMACIÓN HISTORICA AL PUEBLO GITANO
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Pero para disfrutar de esta "igualdad" con respecto al resto de los ciudadanos se les exigía el cumplimiento de tres condiciones:

a) Abandonar su peculiar forma de vestir y adornarse.
b) No usar el caló en público ni ostentosamente .
c) Asentarse permanentemente en un lugar y abandonar la vida errante. En caso contrario los hijos menores de 16 años serían arrancados de sus padres y llevados a un orfelinato para aprender un oficio.

Con todo, esta pragmática también resultó prácticamente infructuosa. Se pueden aducir tres razones:
1) La dificultad real de muchos gitanos de cambiar radicalmente su modo de vida. Según Borrow, relacionado con grupos de gitanos errantes, "aquellos gitanos no conocían otro modo de vida; y también, que ni querrían ni podrían cambiar drásticamente su vida errante de tratantes de ganado, vendedores ambulantes o bandoleros, por aquella otra vida más miserable, menos provechosa y mucho menos libre que padecían los gitanos asentados en zonas extremas de los pueblos y ciudades".
2) El estado de marginación y ostracismo a que se obligaba a vivir a los gitanos (asentados o nómadas). Esta situación que intenta combatir la pragmática se mantendría, a pesar de todo, debido a los prejuicios arraigados en la población no gitana. A este respecto podemos citar el informe de la Sala del Crimen de Valencia que "ataca principalmente los prejuicios populares, por desdicha compartidos y facilitados por las autoridades civiles y religiosas, que han mantenido a los gitanos al margen de la sociedad. Los valencianos denuncian la amplia tendencia a atribuir a los gitanos los más detestables delitos cometidos en el país "con desprecios de la justicia y la caridad y en contra de lo que la experiencia ha demostrado", e insisten en el hecho de que esta odiosa discriminación ha sido perjudicial a los propios intereses de los contribuyentes, cuyas cargas habrían disminuido si hubiesen recibido en su seno a esos hombres que ellos rechazan injustamente".
3) Y finalmente, dificultades en la ejecución de la pragmática, bien por la insuficiencia de recursos destinados a su aplicación (fundamentalmente en los aspectos de trabajo y educación), o bien por la interpretación tendenciosamente represiva que de ella hicieron algunos tribunales.

El triunfo de la política de asimilación-asentamiento va abriéndose paso a pesar de las dificultades. "El resultado más evidente de la política practicada desde los Reyes Católicos hasta Carlos III con los muchos titubeos que hemos comprobado es la sedentarización masiva que se hizo efectiva en la primera mitad del siglo XVIII. Como es sabido, fue esta primera etapa la que posibilitó la redada de 1749. Las estadísticas oficiales publicadas después de la pragmática de Carlos III demuestran el modestísimo éxito obtenido por ésta. Más del 88% de los gitanos de España -exceptuada Cataluña- ya estaban sedentarizados antes de 1783.

"Así pues, la sedentarización de la gran mayoría de los gitanos es un hecho adquirido en el transcurso del siglo XVIII, y las medidas un poco más liberales de 1783 no cumplieron un papel decisivo en este fenómeno. En cambio, contribuyeron en cierta medida a una mejor integración de estos sedentarios tendiendo a sacarlos de su condición de panas".

LOS SIGLOS XIX Y XX


En el siglo XIX la "cuestión gitana" toma nuevos caminos al iniciarse el período constitucional(1812-1936). La Constitución de 1812 (Cádiz) supuso para los gitanos un avance importante en cuanto al reconocimiento de su situación jurídica como ciudadanos españoles. Esta constitución abandona el antiguo criterio de ciudadanía española ligado a la exigencia de una residencia fija en cualquier municipio; ahora basta con haber nacido dentro del país para ser español.

Desde esta fecha y hasta 1860 se promulgan pocas disposiciones dirigidas a los gitanos específicamente. Veámoslas sintéticamente.
Durante el reinado de Fernando VII se hacen dos recordatorios a los tribu-nales sobre la pragmática de Carlos III y se restringe la participación de gitanos en las ferias de ganado.
María Cristina de Borbón (1837) nuevamente recuerda el deber de cumplir dicha pragmática.

Más importante es la disposición de Isabel 11(1847) por la que se obliga a los chalanes gitanos a llevar, además de papeles personales, un documento con el número y características de sus animales y otro documento donde se anotarán todas las transacciones de animales que se realicen.

Alfonso XII en 1878 anula las disposiciones anteriores y amplía la normativa sobre trato de animales a todos los chalanes, fueran gitanos o no. Tras un largo período de ausencia de leyes antigitanas, volvemos con la dictadura franquista a situaciones fuertemente negativas para el Pueblo Gitano:
prohibición de hablar el romani, que es considerado jerga de delincuentes; consideración de la vida nómada como delito; la Ley de Peligrosidad Social se aplica de forma especial a los gitanos.

Cabe destacar el Reglamento de la Guardia Civil aprobado el 14 de mayo de 1943 que cita expresamente a los gitanos y, en sus artículos 4 y 5, recomienda su vigilancia escrupulosa y sobre todo el control de sus modos de vida y sus desplazamientos".

"La fase del franquismo se caracteriza por una dicotomía en la que, por una parte, se ejerce una represión cultural total e intolerante contra el Pueblo Gitano en particular y contra los demás pueblos en general, pero por otro lado, las clases dominantes, imbuidas del concepto católica de la "caridad", inician tibias y descoordinadas acciones hacia la comunidad gitana para integrarla en la cosmovisión religiosa, cultural y social paya. Programas financiados por la Administración Central, pero diseñados especialmente por organismos católicos intentan "promoverles", "integrarles" o "enseñarles" a ser payos. A la ideología integrista dominante, tan convencida de su superioridad, le era muy difícil abandonar una perspectiva asimilacionista".

El inicio del período democrático (1977) supone un cambio en el tratamiento del tema gitano, al menos legalmente. Los artículos antigitanos del Reglamento de la Guardia Civil son derogados en 1978 y poco después se promulga la Constitución, que suponen desde un punto de vista formal, la igualdad de los gitanos ante la ley y la plena ciudadanía, al convertir en delito constitucional la discriminación racial, aunque en la realidad se mantiene su marginación económica y social.
En 1979 se crea la Comisión Interministerial Gitana, que no ha cubierto todas las expectativas que generó en el momento de su creación.
En el País Valenciano se crea en 1985 la "Comissió per a I'Estudi, Desenvolupament i Promoció del Poble Gitano".
Esta evolución positiva a nivel legal no se ha visto reflejada con igual intensidad en su realidad económica y social. Varios factores han contribuido y contribuyen al mantenimiento de esta situación.
El rápido proceso de industrialización provoca dos fenómenos de capital importancia en los gitanos del Estado español:
Por un lado se intensifica aún más la sedentarización, concentrándose la mayoría de la población gitana en los suburbios de las ciudades, con lo que esto supone de cambio radical de forma de vida y de hábitat.
Y por otro lado, se ven forzados a abandonar sus oficios tradicionales, iniciando nuevas actividades económicas centradas fundamentalmente en la venta ambulante, recogida de residuos urbanos y trabajos temporeros en el campo. Son pocos los que se incorporan al trabajo asalariado industrial.
De esta manera han pasado a engrosar las grandes bolsas de marginación de las ciudades junto a otros inmigrantes o en reductos apartados de chabolas.
Las recientes crisis económicas que ha pasado nuestro país han dejado profunda huella en el Pueblo Gitano. En momentos de crisis las capas más bajas de la sociedad son las que más sufren, y los gitanos han visto disputados sus "trabajos" por otras personas no-gitanas forzadas a la misma situación de marginación por las crisis económicas.
Al mismo tiempo el proceso democratizador ha favorecido la toma de conciencia y la sensibilización de amplios sectores sociales que junto al movimiento asociativo gitano en auge ha generado políticas "en favor" de los gitanos.
De entre los factores que explican la actual dinámica del Pueblo Gitano destacaremos por su importancia tres: la intervención de los servicios sociales, la creciente escolarización y el movimiento asociativo gitano.
"En la segunda mitad del siglo XX, las distintas políticas de asimilación, acompañadas de un mensaje humanista, han transformado el modo de percibir a los Gitanos e Itinerante y la manera de tratarlos. Para unos y otros la tendencia ha consistido en pasar de lo punitivo a lo preventivo, de reforzar el control social para evitar los conflictos, reduciendo las posibilidades de apartamíento de la norma. Es dentro de este contexto donde se ha desarrollado la idea de prevención social. Se postula que vale más prevenir el mal, o la desgracia, que tener que sancionarlo o ponerle remedio. Dentro de este marco han entrado en juego, en los distintos Estados "los servicios sociales", para tomar a su cargo a Gitanos e Itinerantes".

Por la novedad, por la urgencia y quizá por la falta de previsión y planificación, los profesionales de los servicios sociales (y también de la educación y otros sectores) no tienen el bagaje formativo suficiente para adentrarse en el campo gitano con criterios claros y respetuosos.

"La falta de conocimiento de la cultura gitana o el olvido práctico de supuestos generales bien conocidos pueden llevamos a cometer errores que condicionen el trabajo que nos hemos propuesto realizar, que hagan inviables los programas e imposibiliten seguir adelante con ellos, impidiéndose así nuevos pasos".

Por ello, como afirma la misma autora,
"antes de comenzar un trabajo profesional, e incluso uno voluntario, se impone informarse y estudiar a fondo las diversas aportaciones que en este campo específico se han hecho desde la investigación antropológica, sociológica, histórica, etc. Esto permitiría proveemos de los conocimientos teóricos que permiten la comprensión de su cultura, su organización, su proceso histórico, así como otros aspectos de su modo de vida".
Sin embargo, a falta de esta formación previa y necesaria, la acción de los servicios sociales suele ser uniforme, sea cual sea la población a la que va dirigida, sin tener en cuenta las diferencias culturales. De esta manera "las cuestiones culturales se reducen a problemas sociales y, a partir de una visión semejante, las autoridades se otorgan el derecho o incluso el deber de intervenir, y las iniciativas de ayuda abren la vía de acciones de "reintegración" o de "readaptación" que, en todos los estados, parten del supuesto de que los gitanos y los itinerante, sin cultura particular, no pueden ser iguales si no son semejantes, y no pueden adaptarse si no son asimilados".
Además de respetarse las diferencias culturales también es necesario que el trabajo social forme parte de un plan global de desarrollo (desarrollo comunitario). Al no ser así y no aplicar soluciones válidas en temas como vivienda, trabajo, salud, etc..., a los servicios sociales sólo les queda el recurso de las ayudas económicas, creando, en tanto no se modifiquen las condiciones de vida de estas familias, una dependencia cada vez mayor de los servicios sociales.

Otro de los fenómenos importantes referidos al Pueblo Gitano que destacan en estos últimos años es el acceso masivo (aunque lento y dificultoso) de los niños/as gitanos a la escuela.
Como ya venimos repitiendo, este fenómeno va parejo a la propia evolución social española: el reconocimiento del derecho a la educación para todos, el aumento de plazas escolares, la existencia de programas específicos, la mayor conciencia de los gitanos, el cambio operado en los gitanos sobre la imagen y función de la escuela, la acción de denuncia de muchas asociaciones gitanas, etc. han favorecido decididamente esta incorporación ala escuela.

Ahora bien, esto, siendo positivo en sí mismo, "pone en evidencia una necesidad patente y urgente: la introducción de la cultura gitana en las escuelas. Y esto es así porque desde un planteamiento ético ineludible o la cultura gitana es conocida, respetada, defendida y potenciada en el marco escolar, o estamos abocando al Pueblo Gitano al genocidio cultural más sutilmente realizado en toda la historia desde que el Pueblo Gitano llegó a la península".
Porque si bien es cierto que cada vez son más los gitanos que quieren escolarizar a sus hijos/as, también estos mismos padres exigen unas condiciones a la escuela, fundamentalmente que sus hijos/as sean respetados como gitanos, con sus peculiaridades culturales. Un papel capital en este proceso de lucha por el reconocimiento de la identidad cultural gitana y su participación colectiva en el conjunto social están jugando las asociaciones gitanas. En esta última mitad de siglo "han proliferado organizaciones gitanas en todo el mundo, de muy distinto carácter pero todas ellas levantando la bandera de la identidad gitana compartida y reivindicando para el Pueblo Gitano un puesto digno en el interior de la comunidad mundial".

La historia de las organizaciones gitanas no constituye una línea uniforme y en su desarrollo podemos encontrar líneas paralelas, caminos que se abandonan y disensiones. El asociacionismo es un fenómeno nuevo que crea tensiones al interior del Pueblo Gitano en cuanto que no coincide con el esquema tradicional de la organización social gitana.

 

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