SENTENCIA DE LA KATANA


El Tribunal Supremo fallaba recientemente que poseer e ir por la calle con una "katana" no constituía un delito de tenencia ilícita de armas porque "no pesa sobre ella una prohibición completa y absoluta" en el reglamento de armas español, revocando así una sentencia de la Sección Sexta de la Audiencia de Barcelona que condenó a dos años de prisión por tenencia ilícita de armas a un hombre que salió a la calle con el citado sable oriental de 70 centímetros de hoja y que la exhibió a un individuo con el que estaba enemistado, sin llegar a lesionarlo. No es la primera vez y de igual forma absolvía a otra persona en Madrid condenado al portar un machete de 40 centímetros de hoja, explicando que el Reglamento de Armas no mencionaba explícitamente ese instrumento y no había lugar a realizar "interpretaciones extensivas de la ley contra reo".

Ciertamente el Reglamento de Armas no menciona los citados instrumentos, pero realmente resultaría difícil mencionar la amplia tipología y gamas de armas blancas que actualmente existen, no obstante en el artº 4-1, además de prohibir los puñales de "cualquier clase", en su apartado h) explicita: ... " así como cualesquiera otros instrumentos especialmente peligrosos para la integridad física de las personas", por lo que cabría considerar un criterio más amplio que permitiera la sanción que el Código Penal en su artº 563, prevee para estos casos. Puede resultar absurdo que sea aplicable la sanción a quien intimida con una navaja superior a 11 centímetros, conforme al Reglamento, y por el contrario si porta una katana de un metro de hoja quede excluido de sanción.

El problema es de una extraordinaria importancia dado que la violencia urbana y la utilización de armas blancas están cruelmente presentes en la movida nocturna, ambientes donde prolifera el matonismo urbano, sectores ultras del fútbol y empieza a ser visible en el ámbito escolar. De seguir aplicando el Tribunal Supremo este criterio podremos observar, en un futuro no muy lejano, como personas o grupos de jóvenes se permiten la licencia de salir armados de "katanas" o "machetes"a donde quieran, a sabiendas que sobre ello no pesa sanción alguna y que incluso la posible multa administrativa del delegado gubernativo sea recurrida e invalidada.

Si nos preguntamos por el hecho de que cada vez más jóvenes lleven la navaja con riesgo a utilizarla y que distintos grupos urbanos se pertrechan con auténticos arsenales, la respuesta de sus protagonistas no deja lugar a dudas, llevar un machete o navaja se ha convertido en un elemento de prestigio varonil. Más allá de las justificaciones sobre autodefensa o inseguridad, lo que se ha extendido entre los jóvenes de entre 14 a 25 años es la idea de que sin un arma encima "no se es nadie", y además si te pillan con un arma encima, las consecuencias son irrisorias comparadas al poder que te da llevarlas.

Esta situación según se va conociendo, a la luz de los graves sucesos de violencia juvenil con armas, está generando una preocupación profunda entre los ciudadanos. Mientras tanto los jueces dicen que la ley es insuficiente y que se mejore el Reglamento, el legislador que lo que ha de hacerse es aplicar la ley y el caso es que unos por otros, el problema sigue sin atajarse y continúa agravándose. Nos preocupa que se pueda portar, exhibir o usar armas, ya sean prohibidas o reglamentadas en lugares públicos, esto no debe ser permitido . Nadie quiere que se sancione a una persona por llevar una navajita para hacerse el bocata pero no es eso de lo que hablamos. Todo el mundo conoce donde está el problema y lo que se debe proceder es a retirar de la circulación tanto machete, navaja u otras armas con las que se está causando un dolor irreparable.

De nada vale la prevención, la educación contra la violencia y las campañas de "Armas, no gracias", si la impunidad está establecida ante la ausencia de respuestas efectivas de los operadores jurídicos o de los legisladores. De nada vale las operaciones de control policial, si no hay consecuencias sancionadoras porque determinadas armas no estuvieran explicitadas en el Reglamento. Ante tanto despropósito solo queda reclamar una legislación clara y una actuación judicial firme, si queremos evitar parecernos a los USA pero "con espada".

Esteban Ibarra
Presidente. Movimiento contra la Intolerancia

 

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