El 21 de Marzo de cada año se celebra el Día Internacional
de la Eliminación de la Discriminación Racial. Declarado por
la Asamblea General de Naciones Unidas, esta jornada recuerda
la tragedia racista ocurrida en 1960 en la ciudad de Sharpeville,
en Sudáfrica, y nos invita al compromiso colectivo para la
erradicación de esta lacra social.
Aquel día se celebraba una gran concentración que reunió a
20.000 personas convocadas por el Congreso Pan-Africano para
protestar, de manera no-violenta, contra el apartheid. Las
leyes racistas de Sudáfrica exigían la identificación de los
negros cuando entraban en áreas diferentes a las que tenían
consignadas. La protesta pacífica fue violentamente disuelta
por la policía que disparó contra los manifestantes. El resultado
de la represión criminal fue de 69 personas muertas y186 heridas,
muchas de ellas mujeres y niños.
Se produjo en ese momento un punto de referencia internacional,
conocido como la Masacre de Sharpeville y significado como
uno de los primeros episodios de respuesta contra el sistema
represivo del apartheid en Sudáfrica. En memoria de los que
perdieron la vida y de los que lucharon contra el gobierno
racista de Sudáfrica, Naciones Unidas proclamó ese día como
invitación permanente al compromiso de lucha contra la intolerancia
racista y la violencia.
En nuestro país, durante los últimos años se han multiplicado
los actos de discriminación y agresión, particularmente contra
los inmigrantes y otras minorías, que junto a manifestaciones
violentas, derivadas de nacionalismos agresivos y excluyentes,
constituyen nuevas expresiones de xenofobia. Los sucesos trágicos
en diferentes lugares y el terrorismo son la muestra de esta
intolerancia criminal convertida en permanente amenaza.
De igual manera, el desprecio y la violación de los derechos
humanos y libertades fundamentales, en particular la libertad
de pensamiento, de conciencia, de religión o de cualesquiera
convicciones, suele acompañar a doctrinas de diferenciación
o superioridad que son científicamente falsas, moralmente
condenables y socialmente, injustas y peligrosas.
Hoy el racismo adopta formas diversas en distintos países
aunque el nexo común, alimentado de prejuicios, siempre conlleva
discriminación, segregación, rechazo a la cultura y a los
valores ajenos, y puede manifestarse en conductas que van
desde la negación de derechos y el hostigamiento, hasta la
violencia y la limpieza étnica.
La ética de la tolerancia y la educación intercultural junto
a la integración social y la garantía de los derechos humanos,
son factores necesarios para avanzar en esa lucha permanente
para la eliminación de la discriminación racial en favor de
la convivencia democrática. Sobre todo, para construir una
mundo mejor donde impere el lema:
¡¡ SOLO UNA RAZA, LA RAZA HUMANA!!
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