Son cerca de 4 millones en España, mas de 50 en la Unión Europea.
En este 2003, las personas con alguna discapacidad física,
psíquica o sensorial, y con ellos la ciudadanía solidaria,
damos la bienvenida al Año Europeo dedicado a reclamar una
mayor protección de los discapacitados frente a la discriminación
y la adopción de medidas de acción positiva para poder disfrutar
de la igualdad de oportunidades. Son millones de ciudadanos
invisibles y con ellos sus familias, amigos o compañeros que
esperan de la empatía social, apoyo solidario suficiente para
cambiar una situación a todas luces, injusta.
No solo se discrimina por ejercer intolerancia al diferenciar
el trato a personas que la dignidad iguala, también se produce
por tratar igual realidades que son diferentes. Es el caso
de las ciudades, especialmente hostiles con los discapacitados.
Los accesos a las aceras de las calles, centros comerciales,
cines, restaurantes, colegios, edificios, muy especialmente
en los transportes y más concreto, la configuración homogénea
del espacio vital, el diseño excluyente que prevalece en los
núcleos urbanos se ha convertido en un verdadero enemigo de
las personas con discapacidad.
Interpretemos los imposibles; no solo el acceso a un autobús
de una persona en silla de ruedas, también la ausencia en
hoteles u otros lugares de alarmas de incendio luminosas para
personas sordas, la falta de señales sonoras para invidentes
en cruces y semáforos, un etc. largo que nos invita a repensar
una realidad llena de barreras sociales que conducen a la
exclusión. Sin olvidar la propia construcción de viviendas,
baños, cocinas, pasillos.. o la inserción laboral y las dificultades
añadidas en el mundo del trabajo.
La iniciativa europea de sensibilización ya está en marcha,
comenzó hace unos días en Atenas al partir un autobús con
el lema "nada sobre nosotros, sin nosotros" que recorrerá
todos los países de la Unión y estará en España durante el
mes de marzo para promover actividades orientadas a progresar
en la obtención de derechos. No es caridad lo que se reclama.
Es una cuestión de Derechos Humanos. Harían bien los candidatos
de las próximas elecciones municipales y autonómicas en mostrar
su compromiso real al respecto, mientras esperamos con urgencia
una directiva específica que declare ilegal las barreras sociales,
como ya sucede en Alemania o Gran Bretaña.
No obstante el fondo de la cuestión es asumir que todos tenemos
alguna discapacidad mientras que el modelo social que prevalece
no contempla la realidad diversa. Si nos comparamos en esfuerzo
físico con los para-olímpicos, en capacidad intelectual con
Steve Hawking, en artística con un Beethoven sordo, o en capacidad
creativa con aquellos que pintan con la boca, ¿quiénes son
discapacitados?. Las personas todas, siempre tienen el mismo
valor e iguales derechos, y nos corresponde organizar la igualdad
de oportunidades. Lo que realicemos hoy en nombre de la discapacidad,
en el mañana tendrá un significado para todos.
Esteban Ibarra
Presidente
Movimiento contra la Intolerancia
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