LA INTOLERANCIA EN MELILLA


La Intolerancia en Melilla. por Elias Bendahan Hamu.

El pasado sábado 9 de junio es un día para no olvidar en la historia de Melilla. El mito de la tolerancia y la convivencia de las cuatro culturas ha sufrido su primer atentado en la manifestación a favor del pueblo palestino y contra el Estado de Israel. O al menos éste era la motivación inicial de una manifestación que para nada, a la vista de los hechos, se correspondía con lo que democráticamente parecía defender. Efectivamente, al son borreguil de consignas religiosas, repetidas incansablemente hasta la saciedad como único factor aglutinante, se llega a la rotura del equilibrio y la tolerancia en nuestra ciudad: Pancartas contra los judíos como "judíos escoria de la humanidad" o "vais a morir", "ebreo matáis a cuatro mil personas al día" (sin hache, lógicamente, ya me entienden...), "hebreos cerdos", quema de banderas de Israel y apología de nazismo con símbolos nazis como la cruz gamada, además de un griterío contra los judíos en lengua que no entiendo, ponen la gota que colma el vaso en una situación que arranca desde hace varios meses. Y con las cámaras de Tele5 de testigo para que nadie pueda decir esta boca no es mía.

Desde el comienzo de la Intifada en septiembre del año 2000, los judíos de Melilla hemos intentado mantener una situación de neutralidad absoluta, dada las características especiales de nuestra ciudad. Pero para romper el molde aparece la Asociación Islámica BADR que pretende, sin ningún éxito, convertirse en consulado de la Autoridad Palestina en Melilla y portavoz de todos los musulmanes del mundo. La fijación mediática en el problema palestino-israelí, que Badr pretende convertir maliciosamente en conflicto musulmán-judío, es vergonzosa. Han olvidado los numerosos y gravísimos problemas que enfrenta y afecta al pueblo musulmán en el mundo entero. Como simples ejemplos, pensemos en las 50.000 personas muertas degolladas en Argelia por el integrismo islámico; los 100 beréberes recientemente asesinados; los refugiados saharauis en Mauritania; la opresión y la esclavitud de las mujeres en Afganistán; el sufrimiento del pueblo iraquí por el embargo occidental, que causa mas muerto por falta de medicamentos y alimentos que el propio conflicto palestino; las guerras en los Balcanes y Chechenia; las muertes de musulmanes en el Estrecho por la política de asfixia económica y social en Marruecos, y muchos mas problemas en Indonesia, Filipinas, ... En todos hay musulmanes implicados, pero eso a BADR no le importa. Sólo vale cuando hay israelíes en juego, pues este asunto vende muy bien y alimenta el odio que desde ya inculcan en los niños que ayer se manifestaban con apenas cinco o seis años.

A través (y con la colaboración) de diversos medios de comunicación no han cesado los ataques de forma directa e indirecta contra los judíos de Melilla. Respeto profundamente a aquellos que apoyan la causa palestina. Reconozco un sufrimiento innecesario en este pueblo, pero también debemos saber que se trata de un delicadísimo asunto político, que afecta a naciones extranjeras y no puede ni debe enturbiar el excelente (desde ayer no tanto) clima de convivencia cultural de nuestra ciudad. Por ello esta manifestación no debió celebrarse ni mucho menos autorizarse (¿qué tiene que decir, Sr. Delegado?). Pensemos, ¿Qué necesidad tenemos los judíos de rezar con vigilancia policial? Sabemos de que pie cojea cada uno en nuestra Melilla y la vigilancia era necesaria, aunque al final, aplaudo la organización que ha evitado incidentes. Los insultos contra judíos (escupen con odio cuando dicen "hebreo"), pintadas, vivas a Hitler, notas anónimas a algunos comerciantes se han repetido con una frecuencia inusitada en los últimos meses. Aunque son casos aislados, no deja de ser muy preocupante, pues no lleva a nada bueno para nuestra sociedad, pero si para los intereses de unos pocos que, como BADR, buscan la provocación.

Todos tenemos el deber de cuidar nuestro tesoro cultural: La convivencia y la tolerancia. Los judíos de Melilla no somos para nada responsables de la actual situación política en Oriente Medio. Deseamos vivir en paz y que se nos respete como hemos respetado con un comportamiento siempre ejemplar al resto de comunidades religiosas de Melilla. Basta ya de insultos y provocaciones. Basta ya de calentar los ánimos a una población musulmana que en un 90% "pasa olímpicamente" de todo esto, y lo demuestra haciendo fracasar estrepitosamente una manifestación manipulada y teledirigida a fomentar el odio hacia los judíos mediante consignas religiosas integristas totalmente fuera de lugar.

Desde aquí hago un llamamiento a la serenidad y al sentido común; a recuperar parte del tesoro que ayer todos, musulmanes, judíos, cristianos e hindúes hemos perdido. No mas odio antijudio. Nunca más. Nos merecemos una disculpa clara por tanta calumnia injustificada hacia los hebreos de Melilla, que asistimos incrédulos a una exaltación del antisemitismo como nunca se ha visto en nuestra muy querida ciudad. SHALOM para todos.

 

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